De dónde venimos y a dónde vamos
Vanesa García Navarro
La evolución de las relaciones sexoafectivas invita a reflexionar sobre nuestro pasado para comprender mejor el presente y prepararnos para el futuro.
Venimos de una forma de relacionarnos basada en la heterosexualidad y donde la fidelidad es el pilar fuerte en la relación: Juan promete serle fiel a Juanita y Juanita promete serle fiel a Juan…refiriéndose la fidelidad a la exclusividad sexual con la pareja, es decir LA MONOGAMIA.
No obstante, la fidelidad es una decisión personal que puede variar dependiendo de las creencias, valores y experiencias de cada persona.
La fidelidad monogámica puede ser vista como una forma de compromiso y de respeto hacia la pareja y es la elegida por la mayoría, pero no es la única forma de construir una relación sólida y saludable ya que actualmente también se apela por la fidelidad en relaciones no monógamas donde la fidelidad no se ciñe a la exclusividad sexual si no al hecho de honrar los acuerdos establecidos entre la pareja.
Hoy en día coexisten, tanto la herencia de generaciones anteriores donde la monogamia es la única práctica aceptable, con el deseo de muchas personas jóvenes y ya adultas, de establecer relaciones más abiertas a la diversidad y donde la identidad y orientación sexual sean realmente aceptadas.
En este nuevo escenario, es importante dar a los jóvenes el apoyo necesario desde la comprensión, aceptación y comunicación, para que la elección que hagan a la hora de elegir su forma de relacionarse afectiva y sexualmente, sea consciente, saludable y respetuosa.
Tipos de relaciones afectivas y sexuales que podemos encontrarnos hoy en día
Es importante destacar que la diversidad en las relaciones refleja la riqueza de experiencias humanas, y estas listas no son exhaustivas, ya que la complejidad de las relaciones es vasta y varía enormemente.
No obstante, aquí van algunas ideas.
1. Hablemos primero de las relaciones no monógamas.
• Relación abierta: las relaciones abiertas son aquellas en las que las personas involucradas tienen relaciones sexuales y/o emocionales fuera de la relación principal.
• Relación Swinger: es una forma de relación no monógama en la que las personas involucradas acuerdan tener relaciones sexuales con otras parejas o individuos, a menudo en situaciones de intercambio de parejas en clubs y pubs específicos, pero cara a la galería social, suelen comportarse como parejas monógamas.
• Relación con intercambios de pareja: es la práctica sexual no monógama en la cual, dos parejas acuerdan intercambiar a sus respectivas parejas para tener relaciones sexuales.
• Relación Poliamorosa: es una forma de relación no monógama en la que las personas involucradas tienen múltiples relaciones amorosas y/o sexuales consentidas y éticas.
Hay dos maneras de relacionarse poliamorosamente:
1. Horizontal que se refiere a relaciones en las cuales todas las personas involucradas tienen un nivel similar de importancia en la relación.
2. Jerárquico: donde existe jerarquía de importancia entre las personas involucradas.
• Relación Híbrida: este es un tipo de relación que se puede establecer desde un principio o con posterioridad, atendiendo a las necesidades y deseos que tienen los distintos miembros que componen la relación.
• Relación Anárquica: son relaciones en las que no se establecen jerarquías ni normas específicas, siempre y cuando exista comunicación y respeto mutuo.
2. Vistas las diferentes formas de mantener relaciones no monógamas, hablemos ahora de otro tipo de relaciones donde puede haber o no prácticas sexuales y puede haber o no compromiso afectivo.
• Polisoltería: en la polisoltería se enfatiza la importancia de la autonomía individual y la libertad de explorar diferentes conexiones afectivo-sexuales sin compromisos afectivos-sexuales exclusivos. Es decir, su relación principal es estar con ella o con él mismo.
• Amigos sexuales: es una relación en la que unos amigos deciden introducir el componente sexual para sumar experiencias en la relación de amistad.
• Parejas asexuales: en una pareja asexual, el compromiso y la conexión emocional son fundamentales, y pueden disfrutar de otras formas de intimidad, como abrazos, besos, caricias, conversaciones profundas y otras actividades compartidas.
La Importancia de la comunicación y los acuerdos
En el complejo tejido de las relaciones sexoafectivas, la comunicación y los acuerdos emergen como los cimientos fundamentales que sostienen una conexión saludable y respetuosa entre los individuos involucrados.
Los acuerdos en las relaciones, es la voluntad clara y consciente de todas las partes involucradas para participar en una toma de decisiones sobre un tema o una actividad específica. Este principio fundamental debe establecerse con límites claros, promoviendo un espacio donde el respeto mutuo y la seguridad sean prioritarios.
La comprensión de que las necesidades personales y en pareja pueden cambiar en cualquier momento, los acuerdos se convierten en un proceso activo y continuo de comunicación.
No olvidemos tampoco que la comunicación afectiva y sexual es el medio por el cual las parejas pueden explorar sus deseos, necesidades y límites. La habilidad de expresar claramente las preferencias, así como de escuchar y comprender las de la pareja, es esencial para establecer una base sólida en las relaciones sexoafectivas.
La combinación de consentimiento y comunicación permite llegar a acuerdos que van más allá de cumplir con normas sociales; se trata de empoderar a los individuos para que tomen decisiones informadas y se sientan respetados en su autenticidad. Los acuerdos actúan como guardianes de la integridad y la salud emocional en las relaciones sexoafectivas, creando un espacio donde la conexión íntima puede disfrutarse de manera positiva, enriquecedora y respetuosa.
Desafíos educativos y la importancia de adaptarse
Hay que reconocer que con el panorama actual, nuestros jóvenes no lo tienen fácil para establecer relaciones sanas y donde los acuerdos, de los que ya hemos hablado, sean la base.
A menudo enfrentan una gran presión social para conformarse con ciertos estándares de belleza y de comportamiento. Es la propia sociedad generacional la que en muchas ocasiones establece expectativas poco realistas sobre el rendimiento en las relaciones sexoafectivas. Esto es el caldo de cultivo perfecto para generar ansiedad y falta de autoestima en ellos impidiendo la posibilidad de relacionarse afectivamente con alguien.
No podemos olvidar tampoco que la omnipresente tecnología y las redes sociales, tienen un impacto directo en sus relaciones, ya que la comparación constante con las vidas aparentemente perfectas de los demás, generan falsas expectativas y por ende, muchas inseguridades. La salud mental y emocional es un factor crucial para poder establecer vínculos relacionales y los adultos tenemos una gran responsabilidad ante los jóvenes para que puedan enfrentar desafíos relacionados con la inseguridad, el desinterés, la insensibilidad, la ansiedad u otras condiciones que afectan a sus relaciones y vida íntima.
Los jóvenes aún enfrentan limitaciones en la educación sexual, tanto en el entorno familiar como en el educativo, lo que puede tener como resultado una falta de información precisa sobre la salud sexual, el consentimiento, el respeto, los límites, los acuerdos y otras cuestiones relacionadas.
Está claro que no hay ninguna relación idílica, que sea fácil ni cómoda. Todos los estilos de relaciones requieren de muchísimo trabajo emocional, comunicación y autoconocimiento. Lo importante es actuar en coherencia con nuestros valores, esos grandes olvidados sin los que no es posible mantener relaciones, del tipo que sean.
Mirar hacia adelante implica reconocer y aceptar que nuestras percepciones deben evolucionar constantemente y que el diálogo debe ser abierto y sincero, considerando la diversidad de elecciones como algo ético y lícito. Solo así conseguiremos equiparnos para guiar a las nuevas generaciones en la construcción de relaciones conscientes saludables y respetuosas en un mundo tan cambiante.